
Desde aquí arriba las cosas van mejorando, sí, nací elevada envuelta en una atmosfera fresca, cálida y mojada pero priorizando lo que yo quiero sentir en el momento. Tengo suerte, la mayoría no puede optar a ese tipo de transformaciones y cuando lo hacen es a través del amor y las benditas emociones o simplemente por las sustancias ahora legales (al fin) que quieren imitar mi altura.
Aunque no lo crean vivir en el cielo no es el paraíso mismo, aunque no lo crean estoy sola deambulando de un lugar a otro, conociendo lugares nuevos todo el tiempo, tanto así que siento que me desvaneceré en cualquier momento porque para mí son tiempos infinitos. Desde hace tiempo Libertad es mi mejor amiga me cuenta sus secretos, sus miedos (si ella también los tiene), ahora esta enamorada del Egoísmo, yo creía que a nadie podría fijarse en él, es un pensamiento lógico para alguien tan avaro, poco sociable y demente como él, pero mi amiga en todo aquello ve una profunda inteligencia y sabiduría que ni yo misma entiendo.
Hoy emprenderé una nueva ruta en mi vida, bajaré de donde me encuentro y me reencarnaré en un ser humano, ser una masa de aire de color blanco no produce ninguna sensación valorada en estos tiempos.
Soy una mujer, bastante bella a mi parecer, ojos almendrados, pelo rojizo, blanca piel y pecas en abundancia, aparecí en una parada de micros pero pensé al comienzo que era una cola para un concierto, demasiadas personas para poder llegar a un destino (ahora extraño mi espacio), me fuí, de todas formas no quería ir con ellos, caminé observando todo, las miradas frías, las caminatas rápidas, el desinterés de no mirarse a la cara y al mismo tiempo escondidos en un rincón a los sobrevivientes de besos apasionados (cuanto los extraño).
Tengo frío, este lugar está opaco y sin la luz y calor de mi pariente lejano Sol muy admirado ya que no lo conocen realmente como es, engaña con su calor pero jamás puedes regresar, independientemente de eso aquí se necesita con urgencia, lo veo a cada instante sin querer buscarlo, algo extraño pasa aquí, o algo más común de lo que pensé: las personas están muriendo vivas.
En mi cabeza pensaba en correr y encontrar un lugar como el de allá arriba, sí lo anhelada de verdad, tenía una extraña sensación de persecución pero nunca me imaginé que podría ser el amor. Llegué a un lago, casi apocalíptico para aquella ciudad muerta y presionada me senté en la orilla intentando rescatar algo bueno de todo aquello, me sentía sucia, observada, marginada pero con un presentimiento de felicidad.
Me desconcentraron mientras me conectaba, alguien vino y me abrazó de sorpresa, me apretó fuerte como si hubiese encontrado un tesoro, no quise decir nada simplemente porque lo necesitaba.
- Paz ¿dónde estabas? Te busque toda la semana en tu departamento, tengo tu regalo de cumpleaños atrasado comprado, me vine de Concepción como me lo pediste, ¿porqué me miras con esa cara?
Yo no sabía que responder, recordé que esa mujer no era yo, que no pertenecía a mi vida y que yo no era parte de ella, recordé a lo que venía, a conocer lo que existía por debajo de mis pies, ver que tan maravilloso era cambiar de forma y lo supe.
- ¿Cómo te llamas? ¿De dónde nos conocemos?
- Ja ¡siempre tan bromista! Paz soy Antonio, se supone que somos novios pero dejaste de llamarme y tus amigas me dijeron que te fuiste de viaje, estoy tan feliz de verte mi nube. Necesitaba tu olor, tus ojos, tu cabello, te necesitaba a ti para volar lejos allá arriba donde siempre hemos llegado juntos.
No supe que decir, no supe como responder, mirarlo a los ojos me hizo amarlo sin conocerlo, el no sabia quien era yo, solo creía saberlo, reencarnar en alguien vivo no es lo normal, el no sabía el motivo exacto porqué Paz dejó de llamarlo. Lo abrace con todo el amor que pude entregarle, lo bese con toda la pasión que se merecía, no dije otra palabra, me pare de su lado y caminé, le escuchaba gritar el nombre de esta mujer con la desesperación que yo sentía al venir aquí.
Mi oportunidad fue única, las emociones aquí son diferentes y mezcladas, amargas, dulces, directas, desgastadas y olvidadas. La misma ciudad ayuda a valorarlas y manejarlas, este mismo lugar es así y pertenece al encierro porque es la forma de aprender, este lugar es un paraíso escondido simplemente por el hecho de hacer realidad lo que se siente y sueña.
Cerré los ojos, dí gracias, caminé y me elevé.